Apreciación.

Es tan sencillo y normal mirar a nuestro alrededor, ver el espacio que habitamos y que esto no nos cause prácticamente nada; sin embargo, apreciar lo que vemos resulta complejo para la mayoría.

¿Cuál será la diferencia entre ver y observar? ¿Qué hay de distinto entre observar y apreciar?

Según yo, apreciar podría ser como percibir algo mediante todos los sentidos; sin embargo, filosóficamente se define como la búsqueda de la virtud o la felicidad. En todo caso, ambas definiciones van de la mano, pues al percibir algo por medio de los sentidos, que son los encargados de conectarnos con el mundo exterior y de abrir esa puerta que nos lleva a buscar esa virtud en todo lo que observamos, escuchamos, olemos, tocamos y saboreamos.

La palabra “Apreciar” viene del latín “”Appretiare“” y significa estimar el esfuerzo que cuesta conseguir algo o aumentar su valor. Basándome en esta referencia, surge en mí las preguntas: ¿cuán desvalorizados están entonces los sentidos? ¿Cuán por sentado damos todo lo que nos rodea? De meritando así la profundidad de los paisajes naturales o el misticismo de esa brisa que entra por la ventanilla del coche y se topa con tu rostro mientras esperas a que el semáforo cambie de color.

Parece que nos da igual todo hasta es ese rayo de sol que al reflejarse en un cristal explota en una prisa de colores.

¿Será que realmente aprovechamos la experiencia de estar vivos? De verdad profundizamos en ella o solo la transitamos de paso sin que nos deje alguna huella en la mente o el alma.

Creo que nos pasamos la vida saltando entre un momento y otro, allá y aquí al mismo tiempo, entrando y saliendo, corriendo y ejecutando, sin detenernos a practicar la contemplación, mucho menos llegar a la apreciación. Sin embargo, no todo está perdido, pues aún somos muchos los que tenemos la voluntad de convertirnos en enlazadores de mundos, en poetas del alma, en artistas de la paz, en arquitectos de la armonía, en exploradores de las emociones o en simples observadores de lo majestuoso de este plano y de esa forma regresarle o aumentarle su valor a la vida misma.

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